El capital humano está formado por las capacidades de los individuos que forman la organización. Son estas capacidades las que crean valor para la empresa o la institución gubernamental.
Por eso, si los gobiernos verdaderamente quieren aprovechar las oportunidades que vienen con la ola tecnológica deben comprender la importancia del capital humano.
Especialmente si nos encontramos en una época en la que los baby boomers comienzan a envejecer y a retirarse, la búsqueda de nuevos talentos se debe intensificar.

Foto: http://stan.uio.no/blog/flexlearn
De acuerdo a un estudio que realizó la empresa Deloitte ("Bolstering Human Capital") http://www.deloitte.com/dtt/cda/doc/content/mx%28en-mx%5DbolsteringHC_050508.pdf
en EE.UU sólo en el Estado de Nueva York para el 2010 más del 33% de los trabajadores estará disponible para solicitar su retiro. Para el 2015 otro 34% estará listo.
Este grupo de baby boomers jugó un rol muy importante es los años 60 y ahora desempeña los trabajos clave y más importantes lo cual vuelve mucho más seria la situación.
De acuerdo al mismo estudio, hay tres factores principales que afectan al sector público y al grupo de los baby boomers: una fuerza de trabajo gubernamental avejentada, talento escaso y la necesidad de una nueva serie de destrezas. Esta combinación de factores pronto creará una brecha entre la oferta de trabajadores calificados en el Estado y la demanda para los mismos. Sin embargo, algo muy importante que menciona el estudio es que con esta brecha también se crean las oportunidades para cambiar fundamentalmente la forma en la que los empleados públicos llevan a cabo su misión. El enfoque de los gobiernos debe centrarse en buscar la forma en la que puedan reinventar la cultura para atraer a una nueva generación de trabajadores.
Con las nuevas generaciones (X e Y) el sector público debe atraer a una población que espera un ambiente mucho más social, flexible y tecnológico. Todo dependerá de lo que cada generación valore. En este caso la generación X valorará más los beneficios relacionados con asistencia financiera, planificación profesional, horas de trabajo alternas, etc. Por su parte la generación Y buscará beneficios como entrenamiento profesional, continuar con los estudios y acceso a centros deportivos, entre otras cosas.
El sector público por su parte debe invertir en la promoción del crecimiento y la capacitación de sus empleados. Debe crear programas de intercambio de información y socialización insertándose en lo digital y tecnológico.
Foto: www.silvercloud.info/People-Cogs.jpg
En el caso de Guatemala los retos son aún más grandes porque la mayoría de los trabajos mejor remunerados requieren de una educación universitaria, como mínimo. Encima de esto, los avances en tecnología exigen una nueva serie de cualidades y talentos los cuales deben ser identificados por el Gobierno para atraer a los trabajadores adecuados.
Y si esto no fuera poco, el Gobierno por sí mismo es una estructura que se niega a cambiar tanto en su forma como en su funcionamiento (la famosa burocracia que lo caracteriza). Esto nos lleva a las siguientes preguntas: qué pasará en el futuro si la brecha entre generaciones continúa creciendo? Qué pasará si la brecha entre el gobierno guatemalteco y la ola tecnológica que mueve al mundo también continúa creciendo? Nos encontraremos entónces ante un "doble" retraso? Qué está haciendo el gobierno guatemalteco para contrarrestar esto?
Estas y muchas más preguntas definirán nuestro futuro. Por lo mismo, como guatemaltecos debemos prepararnos para los grandes cambios que se avecinan.
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